Seguramente te ha pasado que al charlar con alguien días después de alguna última reunión le recuerdas un punto importante que hablasteis en el pasado y no se acuerda de nada.

¿¡Pero cómo!?, tú se lo contaste, le diste todos los detalles y ahora no lo recuerda. Lamento decírtelo, pero pasa, esa persona no te estaba escuchando. También debes ser honest@, tú también lo has hecho. Es probable que más de una vez hayas estado hablando con alguien, oyendo todo lo que dice, pero sin escuchar realmente.

Escuchar no es como oír. Oír es algo que hacemos por defecto, de manera automática y es una capacidad física que nos permite percibir el mundo a nuestro alrededor. Escuchar es una cosa distinta, es una actitud, un acto consciente en el que involucramos todos nuestros demás sentidos. Escuchar es poner atención, empatizar, comprender y centrarse en la persona que nos está hablando.

La importancia de saber escuchar

Saber escuchar a otros es importante no sólo para enterarnos de cosas, sino para hacer que las personas se sientan acogidas y respetadas. Mientras escuchamos estamos creando un puente emocional de conexión que nos permite crear un estado de comunicación activa.

Seguramente también te ha pasado, que, en momentos de preocupación o malestar, buscas hablar con alguien, no para que te recuerde lo buena personas que eres, sino simplemente para que te escuche.

Los especialistas afirman que ser verdaderamente escuchado produce una sensación de bienestar mucho mayor que cuando recibimos palabras de aliento o de confort. Por eso es muy importante ser un buen escucha, para poder recibir de los demás la misma respuesta.

Si quieres que como persona te respeten, aprecien o amen, lo ideal es que empieces a practicar la escucha de verdad.

Los distintos niveles de escucha

Es importante que sepamos que los seres humanos escuchamos a distintos niveles, porque tampoco sería saludable estar en escucha activa y consciente todo el tiempo. Estos diferentes niveles se definen en función de la intención y la calidad de la escucha:

niveles de escucha

Como indica la pirámide, la mayor parte del tiempo estamos en el nivel de escucha biológica, es decir, la de oír. Estamos oyendo, pero no prestamos atención. Sucede por ejemplo, cuando estamos trabajando y tenemos encendida la televisión de fondo. Oyes el fondo, pero no tienes idea de lo que está pasando.

Luego viene la escucha fingida, que es cuando hacemos que escuchamos, pero en realidad no nos estamos enterando de nada. Asientes con la cabeza, incluso puedes llegar a contestar si te preguntan algo, pero solo lo haces por inercia. No sabes de lo que te hablan ni te interesa, como cuando ves una peli y alguien más llega a contarte algo increíble sobre su día.

A esta le sigue la escucha selectiva, en la cual solo escuchamos y ponemos atención en algo que nos interesa e ignoramos lo demás. Ocurre con mucha frecuencia, por ejemplo, cuando estamos trabajando o estamos en una reunión y no soltamos el móvil el ordenador. Escuchamos por partes porque las otras estamos haciendo otra cosa o poniendo atención en algo más.

Antes de llegar a la punta de la pirámide está la escucha activa, un muy buen nivel de escucha en el que se tiene y se muestra la intención de prestar atención e incluso se presenta la interacción entre el que habla y el que escucha. Nos damos el tiempo de dejar de hacer lo que sea que estemos haciendo para poner atención.

Y finalmente, en la punta de la pirámide, está el máximo nivel: la escucha empática. En este nivel nos involucramos totalmente con la otra persona, no solo escuchamos, sino que tratamos de ponernos en sus zapatos y entender su frustración o emoción según sea le caso.

Cuando escucho con empatía, además de entender y comprender el mensaje y ofrecer una respuesta útil, relacionada con lo que me han explicado, estoy prestando atención a la carga emocional que acompaña el mensaje.

Te animo a que hagas este test de la escucha para saber en qué punto te encuentras. A partir de aquí, puedes tomar medidas para mejorar, mediante la práctica, esta gran habilidad humana.

 

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