Cada niñx es un mundo y cada padre/madre enfrenta sus propios retos al empezar a educar a sus hijxs en el orden. Cada uno encontrará sus propios desafíos y dificultades, sin embrago, ¿te habías parado a pensar cómo pueden ayudar la organización y el orden a los niños con capacidades especiales?
Charlamos con Ana de Mastamann, Organizadora Profesional y decoradora de interiores, quien además es madre de tres niños, dos de ellos con capacidades especiales, para que nos contara su experiencia desde los dos puntos de vista: el de madre y organizadora profesional.
Los niños con capacidades especiales tienen distintas formas de aprender, por lo que existen elementos clave que se vuelven fundamentales en su educación y desarrollo.
Hay quienes creen que establecer reglas e implementar disciplina a niños con otro tipo de necesidades es mejor, pues no debemos presionarlos. Si no quiso o no pudo hacer algo, sólo lo dejan pasar, sin embargo, podríamos estar cayendo en un gran error, pues no establecer reglas es enviar el mensaje incorrecto de “no creo que lo puedas hacer” y entonces limitamos su desarrollo, su independencia y cortamos su motivación.
Ana destaca la importancia de esto y nos dice:
“La organización y el orden son importantes para los niños en general y para todos, porque da pautas, sobre todo lo que tiene que ver con las rutinas. Si tú le das a un niño el mismo horario para que haga algo, lo tomará como automático”.
¿Por qué es tan importante establecer un orden para los niños con necesidades especiales?
“Tanto el orden como la organización son muy importantes y necesarios para ayudar en la rehabilitación e integración del niño en la familia, en la sociedad y en el trabajo.
Un buen ejemplo de orden y organización para ellos son las rutinas: horarios de sueño y de comidas que deben cumplirse para que el desarrollo neurológico y físico logre darse. El niño con discapacidad necesita estructura para sentirse seguro, para saber lo que viene después. Esto baja mucho sus niveles de ansiedad y le permite estar más calmados”.
Y, ¿cómo educamos en el orden a niños con capacidades especiales?
“Comer en el mismo horario, tener el mismo asiento en la mesa siempre, tener el plato y cubiertos puestos de igual forma, la misma bebida, el mismo tipo de desayuno o cena (claro el resto debe variar para no bajar la calidad nutricional).
Hacer las tareas a las mismas horas, las terapias repetirse semanalmente en los mismos horarios e ir a la cama puntualmente.”
Pequeñas tareas son importantes…
“Si logramos esto primero, y si la capacidad del niño lo permite se le van otorgando pequeñas tareas que debe, de igual modo, realizar en los mismos horarios o luego de diferentes acciones.
Mi hija Eva que tiene un ligero autismo, por ejemplo, sabe que después de comer debe llevar su plato, cubierto y vaso de vuelta a la cocina.
Mi hijo Rafael que tiene una hemiplejia de brazo y pierna izquierda no puede hacerlo, pero debe recoger los juguetes tirados y ponerlos en una cesta que tiene a su alcance”.
No es fácil y no siempre el niño logra comprender que se deben seguir ciertas rutinas, pero con paciencia y constancia se consigue”.
¿Qué retos podemos encontrar?
“El reto es entender cuanto debemos exigirles. Siempre debería ser un poquito más allá de su capacidad para que al lograrlo, se sientan útiles y orgullosos de sus éxitos.
La paciencia es clave, mucho amor, pero también mucha firmeza. Tendemos a ser mucho más condescendientes con nuestros hijos que muestran un impedimento, pero la verdad es que ellos no solo lo necesitan, sino que también quieren sentirse útiles”.
¿Cómo podemos empezar a superar esos retos?
- Organización del tiempo: Ayudarles con calendarios (siempre y cuando entiendan lo que es tiempo, mi hijo Rafael no lo entiende), para que sepan qué actividad viene. Esto puede también entrenar al niño en el manejo del tiempo.
- Organización y orden de objetos: Dependiendo de la capacidad del niño, que guarde sus juguetes, que ayude en recoger la mesa, lavar platos o ponerlos en sus armarios. Otorgarles estas tareas con facilidades: que estén a su altura o que no necesiten moverse mucho alrededor. Por ejemplo, a veces Rafael sentado en el suelo de la cocina me pasa los platos del lavavajillas y yo los voy poniendo en su sitio.
La importancia de las rutinas
Al charlar con Ana nos dimos cuenta de lo importante que son las rutinas, las cuales, por supuesto, pueden ser flexibles; sin embargo, tener un orden que enmarque todas sus actividades, ayuda a que los niños por su cuenta, encuentren los beneficios de hacer todo con cierta estructura, además de reducir sus niveles de estrés.
Habrá veces en las que se les permitirá ir a la cama más tarde, relajarse un poco durante las vacaciones o cuando hay visitas en casa, pero al estar tan adecuados a sus rutinas, son ellos mismos quienes piden ir a la cama a su hora y tratar de llevar su propia rutina con normalidad.
Otro lugar clave: la mesa
La mesa es el sitio donde los niños aprenden todo lo que se necesita en la vida: herramientas sociales, cómo hablar con la gente, cómo tener buenos modales, cómo compartir; la mesa es el lugar donde conversamos, entonces, puntos importantes: cada uno tiene su asiento y todos tenemos manteles individuales.
Esto lo que hace es que les ayuda a tener todo contenido, lxs niñxs saben que sobre el mantel deben tener su plato y sus cubiertos y en dónde van el resto de las cosas. Les da estructura, y contención, con lo que se siente aliviados y seguros.
En la mesa se aprende también disciplina, habilidades de cooperación; si alguien se levanta de la mesa ya no vuelve, tiene que quedarse y terminar de comer.
Finalmente, Ana nos comparte un valioso consejo para los padres que enfrentan este reto
“Nunca desanimarse y tomarlo todo como un juego junto a sus hijos. Que esperen siempre lo mejor, pero que tengan en cuenta que a veces el niño no cooperará y que no pasa nada. Mañana será otro día”.