¡Hola! Soy Marta Vilamajó, nací y vivo en Barcelona y soy Organizadora Profesional de espacios.
Toda la vida he ido recibiendo señales de cual era mi propósito, pero igual que vamos aplazando decisiones, como la de deshacernos de aquel objeto que no nos gusta, no usamos o incluso nos molesta y lo escondemos para no verlo, yo fui aplazando aquello a lo que estaba destinada a ser.
¡Hoy te invito a conocer parte de mi historia!
Al lado de mi casa, había una papelería a la que cada tarde, al salir del colegio, entraba a saludar a su dueña, la señora Pilar, y observaba maravillada su mostrador lleno de gomas, maquinitas, lápices…perfectamente ordenados y pensaba “cuando sea mayor, montaré una yo para tener un mostrador igual”.
Allí compraba mis muñecas recortables a las que les diseñaba conjuntos por colores y que guardaba siempre en la misma cajita y con el mismo orden. Esto me llevo a pensar que podía ser diseñadora de moda y fue en lo que me formé.
Pero la vida me llevó a tomar las riendas de una pequeña empresa familiar y pasé a hacer cristales para relojes. En el taller teníamos miles cristales y plantillas, que yo me encargaba de ordenar por color del sobre, forma, y tamaño-> siempre de más pequeño a más grande, para poder localizarlas con facilidad.
Después de 18 años tuvimos que cerrar este negocio y creí que había llegado el momento de emprender como diseñadora.
Monté un pequeño taller en mi casa, en un espacio que no estaba destinado a este fin. Cada vez tenía más telas, más accesorios, más máquinas, más proyectos empezados y a medida que aumentaban mis cosas también lo hacia el desorden y mi malestar. No entendía que me estaba ocurriendo… ¡yo, que siempre había sido tan ordenada!
Fue entonces cuando cayó en mis manos el libro de Mari Kondo. Paré una semana de mi vida para organizar mi casa, la puse patas arriba y saqué 110 bolsas de recuerdos, de “por si acaso” y de decisiones que no quería tomar. Cuando terminé, me sentí tan feliz y liberada, que pensé “esto no me lo puedo quedar para mi sola, tengo que a conseguir que todo el mundo se sienta igual de bien que yo” y empecé a ayudar a mis amigas y conocidas.
Pero fue haciendo embalajes para Mudanzas López cuando decidí profesionalizarme y te explico por qué: cuando entro en casa de los clientes, primero me saludaban y después me piden disculpas, disculpas porque se sienten avergonzados de todo lo que tienen y me acordé de mi taller de costura, el malestar que generó en mí y que convirtió mi hogar, mi refugio, en un caos.
Sin embargo, como con solo leer un libro no te conviertes en profesional, empecé a buscar información y encontré una asociación de orgaizadores profesionales en España, AOPE y vi que una de las socias fundadores tenía una escuela, La Escuela del Orden y, a mis 51 años, decidí formarme y emprender de nuevo, pero esta vez sí, emprender en algo a lo que yo había estado destinada des de que era una niña, la organización y el orden.
Me certifiqué y seguí buscando recursos para ayudar a las persones a mejorar su bienestar a través del orden. Me he formado en PNL, educación emocional, acompañamiento en situaciones de duelo, desorganización Crónica con Nacho Organiza y actualmente lo sigo haciendo en el Institute for Challenging Disorganization.
Porque detrás de cada espacio desorganizado hay una historia de vida y es muy importante saber escucharla y entenderla, para poder ayudar a esta persona a deshacer nudos y soltar.
Porque ser Organizador Profesional no consiste solo en doblar camisetas en vertical, ordenar por colores, guardarlo todo en cajitas, cobrar y olvidarte del cliente.
Ser Organizador Profesional consiste en ayudar a gestionar el apego y acompañar en el proceso de duelo de todas estas cosas que van a soltar en el proceso de organización.
Consiste en concienciar a las persones que las cosas solo son cosas y, seguramente, no necesitamos muchas de las que tenemos y que nos anclan al pasado o nos estresan pensando en el futuro y por este motivo también doy charlas e imparto talleres, para poder difundir los beneficios que aporta el orden a nuestras vidas.
Me fascina ver la cara de incredulidad y sorpresa de las personas a las que ayudo, sean particulares o empresas, cuando terminamos una organización, un taller o una charla.
Disfruto de cada trabajo que realizo y conecto siempre que puedo con mi “Marteta”, aquella niña a la que su madre decía que era como una hormiguita, silenciosa y ordenada.
Embalando juego al Tetris, porque todo tiene que encajar a la perfección dentro de las cajas para poder cargar el camión sin que las cajas se aplasten o se caigan por estar demasiado llenas y se estropee su contenido.
Organizando espacios escucho, sostengo, acompaño, empatizo, ayudo y crezco como profesional y como persona.
En las charlas y los talleres doy a conocer mi profesión y comparto mis conocimientos y mi experiencia, reímos, nos emocionamos y me nutro de las experiencias de las personas que me acompañan… ¡nunca dejo de aprender!
Cada día sonrío y agradezco, sobre todo doy gracias por haber encontrado mi propósito de vida, aquello que hace que me levante cada con una sonrisa, mi Ikigai…ayudar a mejorar el bienestar de las personas a través del orden.
Emprender no es sencillo, no es un camino de rosas, pero si crees que has encontrado tu propósito de vida, súbete a la montaña rusa y recuerda que después de una bajada, viene una subida. No desfallezcas y, sobre todo, quiérete y confía en ti.
Y ahora tengo un pequeño regalo para ti.
Como experta en organización de mudanzas soy consciente de todo lo que implica mover tus pertenencias de un lugar a otro, tanto a nivel físico como emocional y tengo dos sugerencias que quiero compartir contigo.
La primera, haz una lista con todo lo que vas a tener que gestionar o preparar antes de la mudanza:
– los suministros que tienes que dar de baja en tu hogar actual y de alta en el nuevo.
-personas o entidades a las que tienes que comunicar la nueva dirección.
-cosas que vas a necesitar tener a mano el día de la mudanza y los días posteriores: documentos, llaves, cargadores, ropa…
La segunda, decide qué necesitas para empezar tu nueva vida.
Lo ideal es que escojas que quieres y descartes lo que no, antes de la mudanza. De esta manera puedes reducir el coste del traslado y, lo más importante, llenarás tu nuevo hogar con las cosas que realmente son importantes para ti.
Pero si, antes de la mudanza, sientes que es demasiado para ti, aprovecha el desembalaje para realizar esta selección.
A medida que vayas abriendo las cajas, coloca primero lo que realmente es imprescindible o necesario para ti o tu familia.
Una vez lo tengas todo esto en su sitio, mira el espacio que te ha quedado libre y ha llegado el momento de decidir con que quieres llenarlo.
Una sugerencia…escoge las cosas que te aporten alegría, bienestar, energía positiva y descarta todo aquello que te moleste, no te guste o ya no te identifique con tu yo de hoy.