Si has podido leer con atención el inicio de nuestra página web, habrás podido darte cuenta de que nuestro principal propósito es acompañar a las personas, para hacer de su “razón de ser” un proyecto tangible en el que poder realizarse profesionalmente y como seres humanos.
¡Ese es nuestro Ikigai! Nuestra motivación, la fuerza que nos hace trabajar día con día para ayudar a que cada vez más personas hagan su sueño de convertirse en organizadores profesionales una realidad y que con ello puedan cambiar su vida. ¿Te has puesto a pensar en el tuyo?
Probablemente has escuchado o leído algo acerca de este concepto japonés, y hoy quisimos hablarte un poco más acerca de él, el poderoso significado que guarda y por qué es parte de nuestra inspiración como escuela.
¿Qué significa Ikigai?
La palabra combina dos caracteres japoneses: «iki», que significa vida, y «gai», que significa valor. En pocas palabras, ikigai es tu pasión en la vida, lo que realmente te hace vibrar.
Puede ser tu trabajo, una afición, puede ser algo que hagas por tu familia, o quizás por tu comunidad. Lo que sea que te haga sentir que estás marcando la diferencia en este mundo, eso es tu ikigai.
Puede ser levantarse muy temprano todos los días para meditar antes del trabajo, o ir al gimnasio cuando está oscuro porque es el único momento en que puedes alejarte de la oficina; no importa lo que piensen los demás, si es importante para ti y te hace sentir vivo, entonces es tu ikigai.
Se dice que este es el secreto de los japoneses para vivir una vida longeva y plena.
¿Cómo encontrar tu ikigai?
Encontrar tu Ikigai no es cosa de una sola vez. Es un proceso continuo de autodescubrimiento y superación y antes de empezar a buscarlo, tenemos que entender que este concepto es algo distinto a la felicidad. Es decir, se parecen, pero no son lo mismo.
Fransec Miralles, coautora del libro Ikigai: los secretos de Japón para una vida larga y feliz, que puso en la mira a esta filosofía en occidente, dice “El objetivo es identificar aquello en lo que eres bueno, que te da placer realizarlo y que, además, sabes que aporta algo al mundo. Cuando lo llevas a cabo, tienes más autoestima, porque sientes que tu presencia en el mundo está justificada. La felicidad sería la consecuencia”.
Así, ikigai se basa en cuatro conceptos principales:
- Lo que amas (tu pasión)
- Lo que necesita el mundo (tu misión)
- En lo que eres bueno (tu vocación)
- Por lo que te pueden pagar (tu profesión)
Se dice que descubrir tu propio ikigai, el centro de estos cuatro elementos básicos, te ayudará a encontrar la verdadera felicidad y contribuirá a que vivas más años.
Ahora bien, tener claros estos cuatro puntos puede parecer sencillo, pero poniendo los pies en el suelo, muchos de nosotros somos muy malos para reconocer nuestras virtudes o fortalezas, algunas veces ni siquiera hemos descubierto que es eso en lo que somos tan buenos.
Para ello, la misma autora recomienda entonces hacernos algunas preguntas previas:
– ¿Cuál es mi elemento? “Hay personas que se sienten cómodas haciendo cosas solas, y a las que les estresa estar en grupo. Su ikigai no podrá ser enseñar, ni dar conferencias, sino una actividad más recogida”.
– ¿Con qué actividades se me pasa el tiempo volando? Es otro indicador de que se trata de una pasión por desarrollar.
– ¿Qué te resulta fácil hacer? “Hay gente que tiene facilidad para poner orden en documentos, o comprender diferentes puntos de vista…”.
– ¿Qué te gustaba cuando eras niño? “Podremos saber si nuestro ikigai está en actividades artísticas, intelectuales, de ayuda a los demás, de pensamiento científico, etc.”.
El siguiente paso, sería poner manos a la obra para ponerlo en marcha. Para ello, es necesario tener un plan y comprometernos a seguirlo, y es que muchas veces la respuesta a estas preguntas supone un cambio radical en el que debemos replantear nuestra vida, quizá cambiar de residencia o dejar un empleo.
Cualquiera que sea el caso, no es un camino sencillo, sin embargo, los resultados nos aseguran una vida plena y llena de luz.
¿Te animas a buscarlo o ya lo has encontrado?